viernes, 1 de noviembre de 2013

Tomar conciencia de un embarazo


Hoy hace un año que descubrí que iba a ser mamá; después de una fiesta de Halloween que resultó ser la última vez que bebería alcohol en una larga temporada... Tras comprobar que el milagro de la vida había decidido llamar a mi puerta, me sentí mal por lo que había tomado la noche anterior, y eso que creo que no fueron más de un par de sidras en toda la noche, porque por norma general no bebo mucho y además tenía la ligera sospecha de que podía estar embarazada... pero igualmente, la conciencia de madre iba formándose en mi y me preguntaba si podía haber dañado a la personita que estaba comenzando a crecer en mi interior.

Eso solo fue el principio, desde entonces tuve que aprender qué sí y qué no puede tomar una embarazada, porque no es sólo el alcohol o el tabaco de lo que se debe prescindir. Hay tantas cosas que una futura mamá no debe probar que ya se me han olvidado muchas de ellas. Pero empezaré a hacer memoria, por si de esta forma puedo orientar a alguien. Por ejemplo, el jamón está desaconsejado ya que al no ser carne cocinada, la madre corre peligro de infectarse de toxoplamsmosis. Si bien la infección es generalmente una enfermedad leve en personas con sistemas inmunológicos saludables, es peligrosa durante el embarazo ya que, en ocasiones, el parásito puede infectar la placenta y al bebé. Si pincháis en el enlace encontraréis más información sobre el tema, además de ayudar a aquellas mamis con gatos, que son portadores naturales del parásito; en la web os dirán como actuar pudiendo mantener en casa a vuestra mascota.

Pero esto no solo ocurre con el jamón, también con cualquier otro embutido... A mi me pilló la Navidad en el primer trimestre de embarazo, y la solución que encontré para el jamón fue congelarlo unos diez días antes de consumirlo. Sinceramente sabe igual de rico, hubo quien no sabía que había sido congelado y lo comieron sin rechistar. Sin embargo hay carta blanca con el jamón cocido, ya que como su propio nombre indica, está cocinado. Por otro lado los quesos deben estar pasteurizados, nada de fetas ni quesos de dudosa procedencia. Siempre hay que mirar las etiquetas y comprobar que sean de leche pasteurizada. Ante la duda, pensad que solo son nueve meses... y lo que lleváis dentro es toda una vida.

También hay que lavar muy bien frutas y verduras... Durante el embarazo dejé de comer en ciertos sitios por este motivo ya que no me fiaba, y si salía a comer fuera intentaba pedir cosas que hubieran pasado por el horno antes. asegurándome de que estuvieran bien cocinadas. Por ejemplo la carne durante el estado de buena esperanza no podremos degustarla en su punto, tendrá que ser bien hecha, al menos hasta dar a luz.

Es asimismo recomendable no superar las dos latas por semana con el consumo de atún, creo recordar que es por el alto contenido en mercurio, que incluso es mayor en el atún que no está en conserva. El salmón está permitido, pero no en altas cantidades... También olvidad el pez espada, el cazón y todo aquel pescado familia del tiburón, así como el pescado azul por su alto contenido en mercurio. Así que a buscar otras fuentes de omega-3... Evitad también los patés y los filetes de hígado si es que os gustan, ya que su alto contenido en vitamina A también pueden perjudicar al feto. Y algo tan simple como la mayonesa de huevo casera, o aquella que el huevo esté sin pasteurizar, tampoco está libre de daño debido a que pueda estar infectado por salmonela. Es también el riesgo que entrañan tortillas poco hechas o postres como el tiramisú que se hacen con huevo crudo.

Cuidado de no abusar del sodio (sal) y de los azúcares, sobre todo aquellos que no proceden de productos naturales como la fruta o la miel. Evitad el café y el té, obviamente también el alcohol. Y algo súper importante que debéis tener en cuenta siempre es que hay que tomar mucha agua. Mi consejo es que siempre vayais acompañadas de una botellita que podáis guardar en el bolso, os ayudará a evitar el estreñimiento; además de ser bueno para que la futura madre y su bebé esten hidratadados. Por otro lado, si queréis amamantar, también será bueno para crear el hábito de beber agua durante la lactancia, ya que se aconseja para mantener los niveles de producción de leche (al menos según mi matrona) y, porque además, dar de mamar produce sed.

En general no cuesta mucho trabajo realizar estos cambios en nuestra rutina, al principio es más complicado por la novedad, pero pronto nos haremos con las nuevas normas, ya que las madres dejamos de pensar en nosotras como antes y miramos más por la personita que está por venir. Pero al fin y al cabo es un proceso de toma de conciencia que debemos asimilar con rapidez, y comprender que ya nada volverá a ser como antes, porque de ahí en adelante mediremos cada cosa que hagamos y cada palabra que delante de nuestros hijos digamos. 

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