lunes, 4 de noviembre de 2013

Domingos de madrugón

¡Se acabó! Sí, se acabó el descansar... Se terminaron los domingos de despertarse a las doce, aunque ya ni siquiera podremos despertarnos a las diez, seguramente tampoco a las nueve... ¿La razón? que mi bebé no entiende de horas, ni de domingos, ni de festivos; y que para ella son buenos días los domingos a las siete de la mañana... ¿Qué le vamos a hacer?

A su madre ya siempre le acompañan las ojeras, porque cuando mi niña se acuesta la vida sigue para mi. En vez de dormir con ella, tengo la necesidad de realizar tareas que no puedo hacer cuando ella está despierta, como preparar mis clases, hacer comidas, poner lavadoras, recoger la ropa, ordenar la casa, limpiar... Ella no admite otras actividades cuando está despierta, quiere que juguemos con ella, que le demos cariñitos, que le de el pecho, que le hable... Cualquier cosa que la implique siempre a ella.

Los domingos para mi vuelven a ser un día más, como cualquier otro de la semana, sin distinción, sin descanso... sin dormir, y con las mismas tareas de siempre: amamantar, jugar con la niña, cambiar el pañal, distraerla o dormirla. ¿Cuándo hay vacaciones para las mamis? Menos mal que mi pequeña siempre tiene como recurso una sonrisa, a veces ya incluso pequeñas carcajadas, que hacen que su madre se derrita...


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