martes, 21 de enero de 2014

Carta a Aitor

Hola pequeño,

quedan pocas horas para que estés en este mundo y ya me estoy emocionando solo de pensarlo... Conozco a tu madre desde hace 22 años, y desde entonces para mi ha sido como una hermana, así que eso te sitúa en la posición de mi primer sobrino... algo que hace que me sienta muy afortunada. Y aunque en la lejanía, porque nos separan muchos kilómetros, estoy con tu madre en mis pensamientos, mandándole toda la fuerza y las energías positivas que hoy va a necesitar.

En estos momentos en los que tus padres esperan tu llegada, no puedo evitar el ponerme en la piel de tu mami, ya que hace tan solo seis meses también pasé por ahí con mi hija, por esas sensaciones que hoy ella va a experimentar. Desde los inevitables nervios, pasando por el dolor intenso y llegando hasta las lágrimas de felicidad extrema en el momento en que te tenga en brazos.

Quiero decirte que eres un bebé afortunado, que tus padres están deseando abrazarte y regalarte todo el amor del mundo, porque para ellos vas a ser lo mejor de sus vidas, y están deseando sentirte, olerte, amarte... y tú, ya desde tan pequeñito, vas a ser la felicidad más grande, el mejor regalo. Pero debes saber que no solo serás especial para tus padres, también lo serás para tus abuelos, tus tías, y tus tíos postizos, que seguro que vas a tener muchos.

Según parece, nacerás bajo el signo de Acuario... de ellos dicen que son emprendedores que miran hacia el futuro, sin anclarse en el pasado. Creativo e independiente, ama los cambios, los estudios de materias complejas y la investigación. Así como viajar y aprender de otras culturas.  Así que pequeño Aitor, supongo que el gran cambio que vas a experimentar hoy, será solo el primero de muchos... Bienvenido a este mundo. 

miércoles, 15 de enero de 2014

El cortaúñas no es lo mío...


Las uñitas de un bebé parecen de juguete, pero no hay que subestimarlas... son más peligrosas de lo que parecen. Cuando mi niña nació no tuve que cortárselas, las tenía pegaditas al dedo y parecía que no crecían, pero eso pronto cambió. Las uñas comenzaron a crecer y mi hija a mostrar su lado más salvaje, dejando marcas de arañazos en su delicada piel. Así que no pude dejarlo pasar por más tiempo y me aventuré a usar el kit de manicura para bebé que había comprado adelantándome a su nacimiento.

Una vez que fui a echar mano del cortauñas y de la tijerita, comparé sus deditos y uñitas con el tamaño de los artilugios que debía usar para zafarla de su propio castigo. En ese momento reparé en que cortarle las uñas iba a ser tarea complicada, no porque fuera una niña sumamente activa, como es el caso de los bebés mayores, historia que nos sucede ahora, sino porque cortar esas uñitas sin llevarme un pellejito por delante no debía ser fácil. Creo que no debo ser la única que durante las primeras sesiones caseras de manicura para bebés pensó que se iba a llevar un dedito por delante...

Asimismo me planteé cual era la mejor manera de cortarle las uñas a un bebé. En las charlas de preparación a la maternidad nunca habíamos hablado sobre el tema, y al ser primerizas imagino que a ninguna se nos había ocurrido preguntarlo. Pero hoy en día vivimos en la era en la que no hace falta saber de todo para tener una respuesta adecuada, siempre y cuando manejemos ese artilugio llamado Internet, que desde hace tiempo se ha instalado en nuestras vidas encarnando a un fiel consultor. Así que en la tarea de consultar me puse, a indagar en diferentes webs sobre la mejor forma de actuar a la hora de cortar las uñas del bebé, pero... sinceramente, poca o nula información encontré.

Creo que casi todas las madres primerizas sentimos cierta aversión a cortarle las uñitas a nuestros peques. Lo peor para mi fue no saber si debía cortar más pegada al dedito o dejar una pequeña separación... Si hacerlo de forma redonda o debía dejarlas un poco más cuadradas eliminando en la medida de lo posible los piquitos... Toda esa información me sonaba de haberla escuchado alguna vez en mi vida, y cuando la necesité, simplemente estaba ahí de manera difusa y poco fiable. Así que finalmente me dediqué a hacerlo lo mejor que pude... y desde entonces así lo hago. Aunque mi esmero poco sirve para frenar el crecimiento de las pequeñas 'cuchillitas' de mi niña, que a los tres días de ser cortadas ya parecen necesitar un repaso.

Después de seis meses todavía sigo tratando de hacer malabares, y mi técnica al final, como la de otras mamis con las que he hablado, es la de pillar a nuestros bebés dormidos, sobre todo ahora que gasta más genio y es difícil sujetarle los deditos... Así que si alguien tiene alguna sugerencia es más que bienvenida, ya que a lo largo de estos meses he comprobado que con mi bebé, el cortaúñas no es lo mío...

viernes, 10 de enero de 2014

Pañales: calidad no es sinónimo de caro

Hace unas semanas fuimos de vacaciones a España para pasar los días de Navidad con la familia. Preparando equipaje y dejando resueltas principalmente las cosas referentes a la niña, estuve buscando información por Internet sobre las diferentes marcas de pañales, para dejarle a mi padre encargada la compra antes de nuestra llegada. Y leyendo, leyendo... entré en diferentes blogs que hacían referencia a un estudio que había realizado la OCU.

En ellos encontré algo ya sabido pero a lo que no siempre atendemos y es que las marcas no son sinónimo de calidad, aunque normalmente en ellas lo que buscamos es una garantía. Tengo que confesar que uso los pañales de la compañía Procter&Gamble, aquí en Reino Unido llamados Pampers, pero en España más conocidos como Dodot... Y los dodotis de toda la vida no es que sean malos, seguro que los habrá peores. De hecho no son muy gruesos y más o menos absorben el pipí, pero sin embargo encuentro muy frecuentes los escapes de caquitas... Y en cuanto al olor... Sinceramente no me hace falta mirar el pañal para saber que ha llegado la hora de un cambio incluso cuando solamente hay pis...

Gracias a la investigación de la OCU he conoido los pañales Toujours, ya que el estudio sitúa a esta marca del Lidl en primer lugar en el ranking, por encima de las diferentes variedades de Dodot y por encima también de la marca Huggies, que usé durante los primeros meses de vida de mi hija. Para que os hagáis una idea, aquí os dejo el listado:

1. Pañales Lidl Toujours Maxi Air Confort
2. Pañales Huggies Superseco
3. Pañales Día Baby
4. Pañales Dodot Activity Plus
5. Pañales Eroski Tu bebé
6. Pañales Carrefour Baby
7. Pañales Dodot Etapas
8. Pañales Deliplus
9. Pañales Moltex Premium
10. Pañales Dodot Básico
11. Pañales Auchan Confort Plus


Tengo que decir que los Toujours además de ser suaves, finos y absorbentes, ya que siempre he encontrado la piel de mi bebe seca, incluso después de toda la noche sin cambiar; neutralizan el olor de manera increíblemente efectiva. Durante su uso, en varias ocasiones he tenido que comprobar el pañal por un lateral ya que por el olor no era capaz de averiguar si estaban manchados o no, y el pipí nunca huele con ellos. Además pocas veces, si acaso una, he sufrido accidentes de desborde con ellos...

El único problema que encontraba en los Toujours, y sólo al principio, era la sujeción que me parecía un poco extraña, como si la cinturilla no estirase demasiado, sin embargo el resultado me demostraba que son bastante seguros, y la relación calidad precio inmejorable: 7€ por un paquete de 50 pañales. Ya, si no es por las ofertas, no hay mucho que defienda el uso de los archiconocidos Dodot, que por muy famosos que sean, además de andar entre los más caros, no han demostrado ser los mejores...



jueves, 9 de enero de 2014

Sexto mes... etapa de cambios


Hoy mi niña cumple seis meses de vida. Desde ahora en adelante un mundo de sabores, texturas y nuevos olores se extiende ante ella, y es que ya es momento de empezar a comer sólidos. Hoy ha saboreado su tercera papilla de arroz y parece que le encanta... Así que vamos a aventurarnos por un nuevo mundo a punto de ser descubierto para nosotras.

Empecé hace tres días sin ninguna recomendación médica. ¿El motivo? ya estoy cansada de sacarme la leche. El sacaleches se está convirtiendo en una pesadilla, en algo que trato de evitar a toda costa y que alargo hasta que no me queda más remedio que dejar leche congelada para cuando voy a trabajar, y esta semana, tras las vacaciones de Navidad, me tocaba volver a rellenar el congelador, pero sólo pensarlo ya me producía rechazo. Cada vez me costaba más trabajo y me resultaba incluso algo doloroso. Parecía como si cada día fuese perdiendo más práctica y únicamente conseguía sacar un chorrito que parecía agua sucia. A veces incluso me planteaba si se me estaría retirando la leche, pero debía ser imposible ya que mi bebé seguía amamantándose con regularidad y continuaba subiendo de peso a un ritmo completamente normal.

Finalmente compré leche de fórmula para que los miércoles, durante mi ausencia, mi marido le diera un biberón a nuestra hija. Ya lo intenté hace una semana para asegurarme de que cogería el biberón mientras yo no estaba, pero no hubo éxito. Mi hija pensó que mejor el biberón para mi, que a ella le diera tetita. Un poco desanimada volví a probar a principios de semana... entonces de un biberón de 120ml sólo tomó 40ml, pero al menos era algo... aunque de primeras me costó que lo cogiera. Me daba pena tirar la leche sobrante, así que como a la papilla de arroz hay que añadirle un poco de leche, decidí probar a ver si se interesaba por la comida... igualmente, tres días después íbamos a empezar. Y aunque hace tres días aún no tenía la trona en casa, hice el intento... ¡Y funcionó! De momento parece que le gusta el cuchareo, no sé si prefiere morder la cuchara a tragar la papilla... pero lo importante es que accede a abrir la boca. Y si hace tres días sólo tomó cinco o seis cucharadas, hoy se ha tomado 30ml de leche mezclado con cuchara y media de arroz, sentada en su trona y, a ratos, llevándose ella misma la cuchara a la boca... en esos casos sin mucho alimento.

Ahora sólo nos queda que las rutinas de sueño se hagan más consistentes y empiece a dormir la noche de un tirón, entonces puede que yo decida usar algo menos de corrector de ojeras diario... Hace un par de noches mi hija me sorprendió al dormir siete horas seguidas, pero al día siguiente volvimos a despertarnos en intervalos de dos horas... creo que eso no lo hacía desde que era una recién nacida... Y sinceramente me desanimó un poco. Aunque por otro lado estaba inmensamente orgullosa al verla comer, con una primera carita rara que dio paso a gestos de entusiasmo y deseos de manejar la cuchara.

Es increíble las sensaciones que nos producen ser testigo de estos cambios en nuestros hijos, vemos como están desarrollándose y van creciendo, a veces demasiado rápido para mi gusto, porque en cuanto me de cuenta dejará de ser un bebé para convertirse en una niña, y tras eso rápidamente en una adolescente, e inevitablemente la miraré y empezaré a sentirme muy mayor... por no decir un poco más vieja. Pero es que el tiempo vuela, y no hace mucho yo también era un bebé, y luego una niña y después adolescente, para más tarde, y sin saber cómo, convertirme en mujer...

Inevitablemente los cambios forman parte del crecimiento y del progreso del ser humano, así que posiblemente mañana probemos con las zanahorias...