jueves, 7 de noviembre de 2013

Vacunas, olor a traición...

Hoy ha sido la tercera dosis de vacunas de mi pequeña y tengo que confesar que hasta yo me he sorprendido de lo bien que se ha portado y de lo valiente que ha sido. Con casi cuatro meses que va a cumplir en un par de días, durante la primera inyección ni siquiera se ha quejado... Pero la enfermera me ha advertido de que la segunda iba a picar un poco, y así ha sido... Mi niña no ha tenido más remedio que usar el llanto como protesta ante el escozor que habrá sentido en su muslo izquierdo.

Cuando le pusieron la primera dosis de vacunas, mi bebé tenía nueve semanas y llegué al médico decidida, sin pensar en que podría sentirme mal, estando segura de lo que tenía que hacer ya que las vacunas son necesarias para prevenir males mayores que un simple pinchazo y un poquito de fiebre después. Pero tras verla llorar y siendo yo quien la estaba sujetando para que la pincharan, mi convicción para la segunda dosis se había esfumado. La enfermera no clavó agujitas en su piel, sino que tiró dardos contra sus muslitos. El poco tacto y la falta de delicadeza que usó la enfermera mellaron mi confidencia, y para la segunda tanda de vacunas no dejaba de sentirme horrible, como si en vez de un bien le estuviera infligiendo un daño atroz a mi niña.

Tuve suerte y la enfermera de aquella vez puso mucho cuidado en cómo daba los pinchazos. Finalmente mi bebé lloró, pero menos desconsolada que la primera vez que la expuse a las agujas. Y aunque hoy se ha portado como una campeona, desde el primer  día descubrimos que la teta es mágica y quita todos los pesares, después de cada tanda de vacunas para mi bebé no hay nada como engancharse al pecho de su madre y ahogar las penas en leche...

A pesar de que la reacción de hoy ha sido mucho mejor, y que la próxima tanda de inyecciones será cuando cumpla el año -para lo que todavía quedan ocho meses, tiempo suficiente como para que ambas nos recuperemos del trauma- creo que es inevitable que cada vez que la lleve a vacunar y la sujete durante el proceso, tendré la sensación de estar traicionando a mi hija...



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