lunes, 4 de noviembre de 2013

El armario de un bebé

Antes de que los bebés nazcan sus padres van organizando la ropita, las sábanas y todo accesorio o juguete, ya sea nuevo o de segunda mano, para preparar la llegada de una nueva vida. En mi caso por ejemplo tenía muchas cosas usadas, aunque contaba también con ropa nuevecita que nos habían regalado para la niña. Eso hacía un total de... muchísima ropa, tanta que hubo prendas que mi bebé nunca se puso, y otras que sólo llego a llevar una vez.

El dejar la organización para última hora puede dar como resultado un poquito de caos en los cajones y perchas, ya que en la recta final del embarazo estamos bastante cansadas, y yo por ejemplo terminé por guardar toda la ropa junta, la de recién nacido, la de a partir de tres meses e incluso la de seis. Al final lo que tuve fue un armario desorganizado (aunque colocado por colores) en el que yo podía encontrar algo que ponerle a mi hija porque más o menos sabía lo que había en él y porque a simple vista distinguía lo que le podía estar bien y lo que no, pero por ejemplo para su padre el armario era un completo caos.

Al final, como decía, hubo ropa que ni siquiera llegue a ponerle porque mi bebé nació en julio y muchas prendas eran de invierno, pensando en que aquí en Inglaterra no habíamos conocido lo que era un verano de verdad. Pero resulta que el verano de sol y calor llegó, mi niña vivió sus primeros meses de vida en un verano genuino, y casi nada de lo que tenía era aprovechable. Jerséis de punto, patucos de lana o camisetas de manga larga quedaron colgados o guardados en los cajones, hasta que poco a poco las prendas que se iban quedando pequeñas empezaron a ser sustituidas por otras nuevas, ya que la cantidad de ropa de recién nacido era exagerada, siendo escasa en las tallas posteriores.

Desde la experiencia considero que el armario de un bebé tiene suficiente espacio para guardar todas las cosas, pero que se puede hacer de manera más práctica de la que yo lo hice. Por ejemplo, la organización por colores es práctica, pero antes, también debemos organizar los tipos de prendas. Pantalones cortos, pantalones largos, camisetas de manga corta, camisetas de manga larga, jerséis, gorros, baberos... Para todo ello se pueden usar compartimentos u organizadores, además de cajas; pero especialmente si van con tapa, que no se nos olvide etiquetar avisando del contenido, por si en un momento dado no somos nosotras las que echamos mano a la ropa.

También sería útil quitar de la vista todo aquello que todavía no le sirva y que pueda llevar a confusiones, esto por ejemplo yo no lo hice y es lo que a mi marido le pone de los nervios. Asimismo, la ropa que se le haya quedado pequeña debemos quitarla del armario para dejar hueco a las nuevas tallas, así que constantemente habrá que revisar el armario, primero para guardar el orden y segundo para supervisar que las ropas sigan siendo útiles. Además también es conveniente dejar un espacio para los zapatos, que aunque en los primeros meses de vida estos no son muy útiles para los niños, seguro que recibiréis algún regalo de este tipo.

Y hablando de utilidad, os contaré el tipo de ropa que a mi me parecía más práctica, especialmente durante las primeras semanas: además de las prendas de algodón, los pijamas y camisetas con cierre delantero ¿El motivo? mi bebé se agobiaba menos a la hora de vestirla y desvestirla, además de que como todavía no controlaba el cuello debíamos andar con especial atención a la hora de ponerle camisetas por la cabeza, y por otro lado yo estaba más tranquila porque, cuando la vestía, el ombligo quedaba a la vista y podía manejarla con más cuidado.

Mi consejo es organizar las cositas con tiempo, antes de que llegue la semana 36, ya que el último mes es el más cansado. Es el mes en el que ya pesa la barrigota, y en el que sentimos mucho sueño y, aunque no logremos encontrar la postura, hay que aprovechar para descansar, no para organizar el armario del bebé.


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