jueves, 9 de enero de 2014

Sexto mes... etapa de cambios


Hoy mi niña cumple seis meses de vida. Desde ahora en adelante un mundo de sabores, texturas y nuevos olores se extiende ante ella, y es que ya es momento de empezar a comer sólidos. Hoy ha saboreado su tercera papilla de arroz y parece que le encanta... Así que vamos a aventurarnos por un nuevo mundo a punto de ser descubierto para nosotras.

Empecé hace tres días sin ninguna recomendación médica. ¿El motivo? ya estoy cansada de sacarme la leche. El sacaleches se está convirtiendo en una pesadilla, en algo que trato de evitar a toda costa y que alargo hasta que no me queda más remedio que dejar leche congelada para cuando voy a trabajar, y esta semana, tras las vacaciones de Navidad, me tocaba volver a rellenar el congelador, pero sólo pensarlo ya me producía rechazo. Cada vez me costaba más trabajo y me resultaba incluso algo doloroso. Parecía como si cada día fuese perdiendo más práctica y únicamente conseguía sacar un chorrito que parecía agua sucia. A veces incluso me planteaba si se me estaría retirando la leche, pero debía ser imposible ya que mi bebé seguía amamantándose con regularidad y continuaba subiendo de peso a un ritmo completamente normal.

Finalmente compré leche de fórmula para que los miércoles, durante mi ausencia, mi marido le diera un biberón a nuestra hija. Ya lo intenté hace una semana para asegurarme de que cogería el biberón mientras yo no estaba, pero no hubo éxito. Mi hija pensó que mejor el biberón para mi, que a ella le diera tetita. Un poco desanimada volví a probar a principios de semana... entonces de un biberón de 120ml sólo tomó 40ml, pero al menos era algo... aunque de primeras me costó que lo cogiera. Me daba pena tirar la leche sobrante, así que como a la papilla de arroz hay que añadirle un poco de leche, decidí probar a ver si se interesaba por la comida... igualmente, tres días después íbamos a empezar. Y aunque hace tres días aún no tenía la trona en casa, hice el intento... ¡Y funcionó! De momento parece que le gusta el cuchareo, no sé si prefiere morder la cuchara a tragar la papilla... pero lo importante es que accede a abrir la boca. Y si hace tres días sólo tomó cinco o seis cucharadas, hoy se ha tomado 30ml de leche mezclado con cuchara y media de arroz, sentada en su trona y, a ratos, llevándose ella misma la cuchara a la boca... en esos casos sin mucho alimento.

Ahora sólo nos queda que las rutinas de sueño se hagan más consistentes y empiece a dormir la noche de un tirón, entonces puede que yo decida usar algo menos de corrector de ojeras diario... Hace un par de noches mi hija me sorprendió al dormir siete horas seguidas, pero al día siguiente volvimos a despertarnos en intervalos de dos horas... creo que eso no lo hacía desde que era una recién nacida... Y sinceramente me desanimó un poco. Aunque por otro lado estaba inmensamente orgullosa al verla comer, con una primera carita rara que dio paso a gestos de entusiasmo y deseos de manejar la cuchara.

Es increíble las sensaciones que nos producen ser testigo de estos cambios en nuestros hijos, vemos como están desarrollándose y van creciendo, a veces demasiado rápido para mi gusto, porque en cuanto me de cuenta dejará de ser un bebé para convertirse en una niña, y tras eso rápidamente en una adolescente, e inevitablemente la miraré y empezaré a sentirme muy mayor... por no decir un poco más vieja. Pero es que el tiempo vuela, y no hace mucho yo también era un bebé, y luego una niña y después adolescente, para más tarde, y sin saber cómo, convertirme en mujer...

Inevitablemente los cambios forman parte del crecimiento y del progreso del ser humano, así que posiblemente mañana probemos con las zanahorias...

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