miércoles, 15 de enero de 2014

El cortaúñas no es lo mío...


Las uñitas de un bebé parecen de juguete, pero no hay que subestimarlas... son más peligrosas de lo que parecen. Cuando mi niña nació no tuve que cortárselas, las tenía pegaditas al dedo y parecía que no crecían, pero eso pronto cambió. Las uñas comenzaron a crecer y mi hija a mostrar su lado más salvaje, dejando marcas de arañazos en su delicada piel. Así que no pude dejarlo pasar por más tiempo y me aventuré a usar el kit de manicura para bebé que había comprado adelantándome a su nacimiento.

Una vez que fui a echar mano del cortauñas y de la tijerita, comparé sus deditos y uñitas con el tamaño de los artilugios que debía usar para zafarla de su propio castigo. En ese momento reparé en que cortarle las uñas iba a ser tarea complicada, no porque fuera una niña sumamente activa, como es el caso de los bebés mayores, historia que nos sucede ahora, sino porque cortar esas uñitas sin llevarme un pellejito por delante no debía ser fácil. Creo que no debo ser la única que durante las primeras sesiones caseras de manicura para bebés pensó que se iba a llevar un dedito por delante...

Asimismo me planteé cual era la mejor manera de cortarle las uñas a un bebé. En las charlas de preparación a la maternidad nunca habíamos hablado sobre el tema, y al ser primerizas imagino que a ninguna se nos había ocurrido preguntarlo. Pero hoy en día vivimos en la era en la que no hace falta saber de todo para tener una respuesta adecuada, siempre y cuando manejemos ese artilugio llamado Internet, que desde hace tiempo se ha instalado en nuestras vidas encarnando a un fiel consultor. Así que en la tarea de consultar me puse, a indagar en diferentes webs sobre la mejor forma de actuar a la hora de cortar las uñas del bebé, pero... sinceramente, poca o nula información encontré.

Creo que casi todas las madres primerizas sentimos cierta aversión a cortarle las uñitas a nuestros peques. Lo peor para mi fue no saber si debía cortar más pegada al dedito o dejar una pequeña separación... Si hacerlo de forma redonda o debía dejarlas un poco más cuadradas eliminando en la medida de lo posible los piquitos... Toda esa información me sonaba de haberla escuchado alguna vez en mi vida, y cuando la necesité, simplemente estaba ahí de manera difusa y poco fiable. Así que finalmente me dediqué a hacerlo lo mejor que pude... y desde entonces así lo hago. Aunque mi esmero poco sirve para frenar el crecimiento de las pequeñas 'cuchillitas' de mi niña, que a los tres días de ser cortadas ya parecen necesitar un repaso.

Después de seis meses todavía sigo tratando de hacer malabares, y mi técnica al final, como la de otras mamis con las que he hablado, es la de pillar a nuestros bebés dormidos, sobre todo ahora que gasta más genio y es difícil sujetarle los deditos... Así que si alguien tiene alguna sugerencia es más que bienvenida, ya que a lo largo de estos meses he comprobado que con mi bebé, el cortaúñas no es lo mío...

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