miércoles, 30 de octubre de 2013

Bebés que te dejan por mentirosa

Hoy he llevado a mi niña por primera vez al médico porque llevo unos días escuchando su respiración muy fuerte, con un ruido de tractorcillo averiado... Además de observarla toser y estornudar.

La historia es la siguiente: yo no soy la típica persona que va corriendo al médico a la primera de cambios. Más bien espero, espero, espero... y cuando ya no puedo más voy, si lo que tuviera no se me ha pasado antes. Pero eso es mi responsabilidad y no podré culpar a nadie más si en un momento dado el médico me echa un sermón sobre los riesgos de esperar tanto; como cuando a los 15 años, después de cuatro días con 40 de fiebre, decidí ir al médico porque ya no tenía ni voz... y resultó ser una inflamación de la epíglotis y las cuerdas vocales, me dijeron que si hubiera esperado un poco más me hubieran tenido que realizar una traqueotomía para poder respirar... en fin, así soy yo. Pero ahora soy madre, y no puedo dejar que me digan que no cuido de mi hija, porque es lo que más quiero y lo que más me preocupa del mundo.

Volviendo al día de hoy... después de una noche ruidosa, esta mañana el padre de la criatura y yo hemos decidido que tras cinco días de conciertos debía llevarla al médico, aunque no ha tenido fiebre, pero no queremos que la cosa, que puede ser un simple resfriado se complique.

Dicho y hecho, en cuanto papá se ha ido a trabajar las niñas nos hemos quedado despiertas y nos hemos vestido para ir a la consulta sin previa cita, pero con la esperanza de que un médico viera a la niña. Tal como hemos llegado al centro de salud y le he comentado a la recepcionista la situación, ella amablemente me pidió que me sentara a esperar, que un médico la vería tan pronto como fuera posible... Así a los quince minutos un amable médico de atención primaria llamaba a mi hija con ese acento british que caracteriza a la gente de aquí :)

Y cual ha sido mi sorpresa en la consulta... que mi hija no ha hecho ni un pequeño ruido, todo estaba en orden, ni siquiera un moquito asomaba, cuando siempre tengo que molestarla para quitarle algún bichito descarriado de la nariz. Sí... mamá ha quedado como una histérica que no sabe distinguir un pequeño resfriado que se cura solo de algo más grave. He tenido que explicarle al señor doctor que lleva cinco días haciendo esos ruidos, especialmente durante la noche, que parece que se va a asfixiar... pero ni el fonendoscopio ha detectado al pequeño tractor averiado de mi niña. Mamá ha quedado como una mentirosa frente al médico, pero es que los niños son así. Siempre harán lo contrario que dijimos que harían. Al menos, con mi niña podré echarle la culpa a que soy madre primeriza...

Por cierto, bravo por la sanidad británica. ¡¡Los medicamentos con prescripción son gratuitos para los menores de 16 años!!

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