miércoles, 9 de julio de 2014

Un año de amor


Han sido 365 días del amor más intenso que jamás haya conocido, y lo mejor es que desde el momento en que nuestras miradas se cruzaron supe que iba a ser eterno. Ya hace un año que nació mi niña... lo mejor que me ha pasado en esta vida junto con su padre, ya que sin él ella no sería posible. Habría sido otra, u otro, pero no la preciosa niña risueña, feliz, cariñosa, buena, generosa, inteligente, marchosa y por qué no decirlo, testaruda que tengo por hija.

Ella llena mis días con sus sonrisas y sus besos, que desde que ha aprendido a darlos los va regalando junto a esos abracitos que me hacen sentir alguien muy importante en su vida. Es increíble como en tan poco tiempo (¿qué es un año en la vida de un adulto?) ha podido crecer tanto, por fuera y por dentro, desarrollando habilidades como la de sostenerse en pie cuando hace nada casi ni sostenía su cabeza... Ha sido un año lleno de cambios, de descubrimientos y nuevos logros para un ser pequeñito por fuera pero tan grande por dentro que cautiva a todo el que tiene el placer de conocerla. Y es que empiezo a creer eso que dicen de que durante el primer año es cuando más se aprecia la evolución de esas personitas a las que estamos entregando el futuro de la humanidad.

La veo dormir y despertar cada día y no me canso de mirarla. Desde el momento en que nació mi corazón se dividió y un pedacito se fue con ella... Se que ya nunca volverá a ser mío, pero no me importa, a ella le doy el corazón entero si hiciera falta. Y se que tardará mucho en saber cuánto la amo, posiblemente hasta que ella sea madre también y pueda experimentarlo, hasta entonces todo serán suposiciones y conjeturas; pero tengo la esperanza de ser capaz de educarla de manera que sepa contar con sus padres y que no nos vea demasiado enemigos porque siempre querremos lo mejor para ella. Que entienda que en su madre también puede encontrar a una amiga, no de la clase que te dice lo que quieres escuchar, sino de las que te riñen cuando lo necesitas, y te dan abrazos y besos antes de que los puedas necesitar.

La miro descubrir el mundo, su forma de tratar con los demás, su simpatía y su buen corazón, y estoy segura de que llegará a donde ella quiera, solo tendrá que proponérselo...

Feliz cumpleaños a mi niña, y un millón de gracias por darme tanto amor sin pedirlo.

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